lunes, julio 31, 2017

La piel


Dicen que la piel es el mayor órgano del cuerpo, que ocupa 2 m²  más o menos. También dicen que sirve de barrera protectora, hablan de la dermis, la epidermis... Pero se les olvida lo más importante, que la piel guarda el tesoro de las caricias que se dan y se reciben y el pulso que sentimos bajo ella es el recuerdo de todas las que nos marcaron. 

Recuerdo, por ejemplo, aquella mano tímida que se entrelazó con la mía paseando por el Battersea Park londinense. Nuestras pieles se tocaban por primera vez, ingenuidad y cariño compartidos por dos apátridas en una primavera que no llegó. Y aquella otra piel que pidió permiso, que me habló de un anhelo, 'no puedo tenerte cerca sin desear tomarte de la mano'. Aquella puerta franqueada al fin, los labios que se encontraron, la arena de una playa, la suavidad de terciopelo... ¡por favor, si mi piel al lado de la tuya parece una lija! "Usa aceite corporal", me aconsejó una buena amiga. Ojalá lo hubiera descubierto antes.

Recuerdo aquel despertar, con la voz de Freddie Mercury cantando para mí "Too much love will kill you". El vello erizado, la piel tensa, dejarse llevar y sentir un estallido. Temblar, llorar del susto. ¿Esto es así? ¿Es normal?

Apoyar la cabeza sobre la piel de otro, sentir su corazón, ver el atardecer de un otoño entre las nubes y pensar "la eternidad debe ser algo parecido a esto".

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