Una sonrisa en la boca y el estómago lleno. Todavía guardo palabras impresas que iba leyendo en el metro. Arranco y enciendo la radio. Ah, no, se enciende ella sola. Me ceden el paso para salir y saludo con la mano para dar las gracias. No sé si lo habrá entendido. Me incorporo a la carretera y acelero. Tercera, cuarta y 'clic' velocidad de crucero. La canción que suena me gusta y subo el volumen. Ahora el aire que entra por las ventanillas ha conseguido liberar unos pelos que me cosquillean la nariz. Los coloco detrás de las orejas pero oponen resistencia. Lo intento varias veces, al final lo consigo. Otra canción. Cambio de marcha. 'Clic'. El aire entra a más velocidad y me agrada la tibieza con la que me acaricia. Bien. Más canciones. Esta me la sé, ahora toca cantar. Pues eso, que me gusta conducir.
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