viernes, abril 10, 2020

Al aire

Intento retenerte en tus palabras, en mi memoria. Pero siempre te vas, atravesando mi corazón, dejándolo suspendido en un latido. Y mis dedos se crispan al no poder asirse a ti, huérfanos de tu piel, anhelantes. Y cada noche repito el mismo ritual, asomándome a aquel pequeño balcón donde éramos. Ahora solo soy. Y tú eres, solo. 

Ya no nos queda nada, hasta se llevaron unas cuantas tildes de aquel saco que te prometía cada vez que leíamos juntos bajo aquella luz azul. "¿Aún no has terminado?" Tu velocidad lectora era muy superior. Esperabas por mí para pasar página. 

Hace tiempo que la lectura se detuvo. Y no sé muy bien si quiero pasar página y seguir leyendo. Supongo que no. Me he acostumbrado a vivir como polvo en suspensión.

No hay comentarios: