Me caigo de sueño, pero retraso con gusto la hora de irme a dormir, porque sé que hoy podré hacerlo en mi cama de nuevo, sabiendo que no tengo una hora predeterminada para levantarme. Mis sábanas me esperan para atraparme en un descanso reparador. Ay, qué ganitas de abrazar el sueño...
No hay comentarios:
Publicar un comentario