jueves, junio 15, 2017

Reunión de vecinos

Están más o menos los de siempre. Los que, como en el colegio, se sientan en las primeras filas y los que prefieren sentarse atrás. Pero no te fíes, no son los más gamberros, ni tienen intención de reventar la reunión. Se sientan atrás para observar sin ser observados. Aunque bueno, algún chuleta perdona vidas sí hay. Y el típico graciosillo medio guapete, también. Como en el cole. 

Ha venido alguna mujer que acaba de llegar de pilates o de correr. Otra que viene de entregar al nieto a sus padres. A los de ella no, a los del nieto. Dos o tres matrimonios (estos se tomaron muy en serio lo de permanecer juntos en lo bueno y en lo malo). La dueña de un local, los representantes de otro gran local. Pero en general hay más hombres que mujeres. Y menos mal que la de la administración es mujer. Aunque ganan los hombres por abultada mayoría.

Punto a punto se avanza a trompicones. Corrillos, tensiones, el voceras empieza a gritar y su abnegada esposa trata de apaciguarlo 'ay, cariño, cálmate', dar vueltas a un punto y llegar a la conclusión 70 minutos después, pedir voluntarios para una comisión (aquí no se apunta ni el Tato), el gallito que acusa, el personal acusado que decide hacer oídos sordos, el graciosete que le tira pullas al voceras, la mujer que se queja porque a su marido le va a subir la tensión, el matrimonio que se hace pequeños arrumacos, el presidente que presenta la dimisión porque en breve dejará de ser propietario (pero no ha querido decir por cuánto ha vendido el piso)...

No sé por qué sigo viniendo. Pero bueno, total... Así tengo algo sobre lo que escribir.

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