martes, enero 24, 2006

Mi ventanita

Esta noche me digo: voy a abrir un poquito la ventana. Ya, ya sé que estamos en pleno invierno, pero qué quieres, leí hace muuuucho tiempo en la enciclopedia de los jóvenes castores que para evitar resfriados es bueno dormir con la ventana abierta. Pues eso. Pero con lo que no contaba yo, justo cuando comenzaba a abrir la ventanita, era con un 'Encuentra el regalo perfecto para San Valentín' Ostras, pero ¿ya empiezan? Jo, estos cogen el turbo a primeros de diciembre y no se bajan del carro hasta el día de la madre, si me apuras...

Bueno, he pasado de lo del San Valentín, y para mejor conciliar el sueño, he echado fuera a un viejo fantasma (esta vez acompañado de mi archienemiga compartida) y sí, he podido sentir la brisa en mi cara... Podría decir que era el viento, pero el viento nos hace sentir frío y la brisa es cálida. Oh, brisa que me trae recuerdos vivos del azul del cielo que son tus ojos, del rumor de las olas que son tus palabras... Oh, brisa, tú me hablas y yo te guardo aquí, muy dentro. ¿Quién dijo que no podría retenerte? Yo te tengo, tú me tienes. Ahora es siempre...

domingo, enero 08, 2006

Coincidencias

Ayer disfruté de una mañana-tarde rememorando viejos tiempos. Yo, mi abono transportes, un libro y/o un par de discos como única compañía, pasta para despilfarrar, metro y Madrid (en particular el "triángulo" formado entre Ópera, Gran Vía y Callao). Me gusta disfrutar de la soledad en esos viajes de fin de semana a la capital. Hace unos años los hacía más a menudo. Ahora ya no los ¿necesito? Bueno, no sé si es una cuestión de necesidad o no.

El viaje por el metro me lo tomé con tranquilidad, dejándome llevar, escogiendo el trayecto más largo. En mis manos, Winston Smith termina por desfallecer al compás del paso de las últimas páginas del libro. Me entristece cuando garabatea en la mesa con los dedos 2+2=5 (por cierto, buena canción de Radiohead) y levanto la mirada. El tren lleva parado un rato en la estación con nombre de árboles. Me fijo en un cartel. Un ojo cerrado ocupa la mitad del mismo y sobre él reza la frase: "Tú deseas la paz". La otra mitad la ocupa el mismo ojo, abierto y la frase: "Nosotros trabajamos por ella". No veo el logotipo pero sé quién ha encargado esos carteles. Pero lo más interesante es que alguien, algún usuario del metro, ha escrito bien grande encima del cartel: FELIZ 1984. Muy bueno, muy bueno.

jueves, enero 05, 2006

Feliz año

De todas las fórmulas que existen a la hora de saludar a una persona, esta es la que más me cuesta recordar o la que olvido con más facilidad. ¡Feliz año! me dice la gente y entonces es cuando recuerdo que ya hemos empezado el año 2006, y me pongo a pensar en el año que ha terminado...

El 2005 (sí, ya sé, ya sé) ha sido un año muuuy extraño. El primer recuerdo que tengo es el concierto de R.E.M. que por aquel entonces me infundió una actitud muy positiva hacia el año que empezaba. El último recuerdo del año es el 'Como yo te amo' de la Jurado...Ji, ji. Y entre esos dos recuerdos musicales un porrón de cosas buenas y malas. Bueno, malas, malas... Sí, reconozcámoslo, malas las ha habido pero en general creo que me llevo un grato recuerdo de este año, aunque gente muy cercana ha recibido la llegada del nuevo año como el definitivamente bueno. Bien, yo me conformo con lo que me dejó el 2005 el último día.

Lo más curioso de cuando una hace balance de un año es que de pronto recuerdas algo y piensas, no puede ser, pero ¿eso realmente sucedió este año? ¿Pero no han pasado ya siglos desde entonces? Pues no, ha pasado menos de un año. Como el concierto de Queen (vale, no discutamos sobre si se debe o no se debe llamar Queen)...Pienso en la intro de 'Hammer to Fall' con Brian en la soledad de la pasarela y me digo, Dios mío, no lo soñé, fue verdad, fue verdad y sólo han pasado...¿nueve meses? Increíble, me parece increíble...